Acto de Imposición de la Beca colegial, ¡bienvenidos al CEU!
El viernes 17 de febrero celebramos en la Universidad CEU San Pablo Montepríncipe el Acto de Imposición de la Beca colegial a los alumnos de Primero de Bachillerato, presidido por Luis Martínez-Abarca , director del Área de Colegios CEU, y Yolanda Lillo, directora del Colegio.
Este emotivo acto académico significa la bienvenida formal a la Fundación Universitaria San Pablo CEU, obra de la Asociación Católica de Propagandistas, ACDP. Simboliza el primer paso de un proceso de dos cursos, que tendrá su culminación dentro de poco más de un año, con el acceso a esa deseada educación universitaria, punto de partida del ejercicio profesional.
Comenzamos recordando que este curso se cumplen los cincuenta años de este centro, que casi coinciden con los que han transcurrido desde el fallecimiento de D. Ángel Herrera Oria, cofundador junto con el Padre Ayala del CEU.
Miguel Ángel Segarra, profesor, tutor y coordinador de 1º de Bachillerato, dedicó a los alumnos y sus familias unos “Consejos de viaje y aviso a navegantes del siglo XXI”, realmente inspiradores, que reproducimos parcialmente:
La vida es como una singladura, como una navegación a vela, en la que según los días soplan vientos favorables y otros no tanto. Si al azar de los vientos le añadimos el estado de las olas, con calmas o temporal, hay que reconocer que tripular un barco por la vida para llegar al puerto deseado requiere de esa inteligencia que nos permite anticiparnos a la incertidumbre; para que navegar, vivir, no se convierta para ustedes en una sucesión de momentos de pánico si no en una sucesión de decisiones convenientes y firmes, no temerarias ni caprichosas, que les permitan incluso navegar contra los vientos (lo que, por cierto, se hace en zig-zag) y disfrutar del viaje. Afirma Alexandro Baricco: “sigue las huellas del miedo y acabarás en casa, nunca llegarás a puerto, nunca alcanzarás tu futuro”.
Decía Joseph Brodsky, poeta ruso del siglo XX, que la vida nos habla y yo añado que en esta singladura de la vida conviene: hacer silencio para escucharla mejor, acostumbrarse a observarla, formarse para entenderla y tener la iniciativa de tomar decisiones y actuar.
Escuchamos y observamos para Entender. Entender es maravilloso… pero requiere además de observar tras hacer silencio y escuchar, estar seriamente formado.
Algunos creen que para entender de medicina, derecho, administración, ingeniería o sociología basta con acumular datos o disponer de información y no saben que es necesario haber alcanzado el Conocimiento (en mayúsculas).
Que nada te sorprenda en una determinada área pasa por conocer a fondo los principios de los fenómenos, tras el estudio metódico que llevará inevitablemente asociado el esfuerzo de un tiempo dedicado y de la paciencia para aceptar las “derrotas” o “fracasos en este proceso” (en algunos ambientes a estas derrotas les llaman suspensos). Dijo Samuel Beckett: “¡Fracasa. Inténtalo otra vez. Fracasa mejor!”. Son los fracasos enriquecedores.
Tras escuchar, observar y entender la vida y sus circunstancias debemos actuar. No hay que olvidar que se están ustedes formando, para ser capitanes de barco y no remeros ni grumetes. En los momentos de dificultad todos miran al capitán que debe actuar, tomar la mejor decisión, una decisión inteligente.
Tomar decisiones, actuar, como seres sociales, familiares y profesionales
La Fundación San Pablo CEU y en particular este centro lleva ya más de medio siglo, formando personas fiables capaces de influir positivamente con su actuación social, familiar y profesional. No está lejos de la realidad decir que se han formado en este centro en torno a 75000 alumnos, créanlo.
Yo mismo entré hace 45 años en estas aulas con casi su edad para cursar lo que se denominaba entonces COU. Aquí aprendimos que las mejores decisiones las toman aquellos que además de una sólida formación, ejercen la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Y también, como centro confesional nos enseñaron la conveniencia de practicar la fe, la esperanza y la caridad. El ejercicio de las virtudes sigue siendo un consejo certero y más necesario que nunca.
Tomar decisiones en escenarios tan novedosos como el actual requiere además del uso de la imaginación, capaz de encontrar estrategias nunca propuestas hasta el momento, que calificaremos de inteligentes o de dar sentido y coherencia a sucesos pasados y presentes.
Para formarse a conciencia y disponer de la flexibilidad mental que llamamos imaginación se necesita disponer, manipular e intercambiar información.
No basta con ser meros usuarios hábiles de las tecnologías. Navegar por la vida del siglo XXI necesita haberse formado en la manipulación y el uso eficaz e imaginativo de estas, surjan las que surjan.
Durante estos minutos he hablado de un siglo XXI pleno de incertidumbre, aunque no creo que más que otros pasados, y de un ejercicio inteligente y humano del liderazgo que se le supone a un profesional como ustedes están empezando a ser: Capaces de capitanear su propia vida y probablemente la de algunos otros.
El instrumento protagonista para dicho ejercicio es su cerebro, que está configurado para, una vez formado, evitar el pánico ancestral a lo desconocido, supliéndolo por una respetuosa prudencia frente a las contingencias de los fenómenos; formado para evitar la adopción de un sentimiento mágico o caprichoso de la vida a merced del azar, supliéndolo por una actitud de escucha, indagación, observación y conocimiento, previos a un prudente y flexible ejercicio de la voluntad.
Habéis elegido, al optar por la formación universitaria, entrar en el grupo de los cultos, de los cultivados, de los que saben interpretar los signos de los tiempos y dar sentido a la vida más allá de la obligada supervivencia del día a día. De los más libres de entre los humanos porque el conocimiento es un caleidoscopio a través del cual lo vulgar y cotidiano se comprende, se anticipa y se interpreta con la riqueza de lo simbólico.
Al igual que los deportistas forman sus músculos y adquieren flexibilidad con disciplina, esfuerzo y constancia (sin que tenga que verles nadie), ustedes deben formar su cerebro día a día, clase a clase, problema a problema, lectura a lectura, pensando que el gran objetivo es llegar a las Olimpiadas de junio en las mejores condiciones, finalizar la liga en la mejor posición, arribar al puerto de destino con dignidad, sin desanimarse por las veces que el entrenador te obliga a repetir la salida, sin desesperarse por perder algún partido y sin vacilar ni mostrar inseguridad ante una tormenta aparentemente casi perfecta.
¡Ojalá que los consejos de viaje y avisos para navegantes contenidos en estas palabras unidos a su inteligencia les permita a todos ustedes adelantarse a la incertidumbre…!
En nombre de todos los que formamos el colegio San Pablo CEU de Claudio Coello y de los que nos han precedido durante estos cincuenta años: ¡Enhorabuena, promoción del 2020!