Cómo contrarrestar el argumento «¡lo quiero porque todo el mundo lo tiene!»
Catherine L’Ecuyer, investigadora y autora sobre educación, fue la invitada de un nuevo CEUtalks, espacios de puesta en común y reflexión de la mano de los mejores expertos en educación y profesionales de éxito.
En su intervención, esta experta nos habló sobre la importancia de educar en el asombro y en la belleza. “Una de las preguntas que más escucho es: “Quiero esa tablet o ese smartphone porque todo el mundo lo tiene”.
Esa pregunta es actual, especialmente en un momento en que se acercan unas fechas tan propicias para los regalos.
Catherine L’Ecuyer nos ofreció en su conferencia algunas ideas para contrarrestar el argumento «¡lo quiero porque todo el mundo lo tiene!»
Primero, no es verdad que todo el mundo lo tiene. “Hemos de ayudarles a hacer estadísticas para saber realmente cuántos lo tienen”. “¿Cariño, hay alguien en tu clase que no tiene ese móvil?” Y entonces empezarán a acordarse. Y podemos ir un paso más lejos. “¿Por qué crees que esos compañeros no lo tienen?”.
Segundo, hemos de ser muy valientes y tener muy claro como padres que si cedemos, ¡que no sea nunca con ese argumento! Los jóvenes tienen que entender que esa postura carece de personalidad y de fuerza. Tienen que desarrollar intereses propios, originales, optar por explorar sus talentos y habilidades en vez de jugar al absurdo juego del seguidismo.
“Lo que es comercial no necesariamente es lo mejor, y muchas veces interfiere con nuestros criterios educativos y hace más difícil nuestra tarea de educar”. Según la profesora de psiquiatría de Harvard, Susan Linn, una familia no puede competir con una industria que gasta 12000 millones al año en bombardearnos con estrategias comerciales y de marketing. “Y pregunto yo, ¿con la televisión apagada, no será más fácil?”, comenta Catherine L’Ecuyer.
Hemos de educar a nuestros hijos en la lectura. Los contenidos frenéticos y los juguetes con botones los apalancan y los convierten en sujetos pasivos. Un joven que no lee está abocado al conformismo, al pensamiento único, sin imaginación.
“En definitiva, aprovechemos esta época tan bonita para rodearlos de belleza, de excelencia. Y poco a poco, nuestros hijos se negarán a dejarse llevar por las absurdas modas y serán verdaderos protagonistas de su educación. Eventualmente, son los que irán cambiando el tono de la sociedad”.