“No nos olvidamos del conocimiento, pero nuestros alumnos necesitan además otras habilidades»
Los colegios CEU están poniendo en marcha innovadores conceptos y herramientas pedagógicas con el objetivo de enriquecer su modelo educativo en respuesta a los nuevos tiempos. Visión internacional, los aspectos competenciales, el aprendizaje basado en proyectos, un nuevo sistema de evaluación, un rol del profesor diferente… Éstos son algunos de los soportes sobre los que se está trabajando. Y, como punto de partida, por supuesto, nuestra identidad. “Eso es lo que no podemos perder”, asegura Luis Martínez Abarca, Director de Colegios CEU. “Cuando alguien pierde su identidad en un mundo tan híper competitivo como en el que estamos, pierde su sentido. El Colegio es un centro católico y obra de la Asociación Católica de Propagandistas, “y por lo tanto de ahí es de donde no nos podemos mover”.
Tenemos que tener muy claro cuáles son nuestras anclas, y en nuestras anclas está la forma en que miramos a las personas; éste es el inicio. “Miramos a las personas como entes pensantes, son entes transformadores, actúan sobre la sociedad, sobre su entorno, y además esa mirada y esa transformación es una mirada fundamentalmente ética, dirigida hacia el bien. Y por último y quizá más importante, tenemos una mirada trascendente hacia las personas, o lo que es lo mismo: somos católicos que miramos a la realidad como católicos”.
Desde esta perspectiva y desde esta visión del ser humano, nos damos cuenta de que nuestro objetivo, el influir positivamente en la transformación de la sociedad a través de la educación, “se queda cojo en los modelos tradicionales”. Esos modelos a los que Luis Martínez Abarca se refiere ponen el énfasis en los aspectos relacionados con el conocimiento, con el saber, y también con el ser, con la construcción de la persona, pero hoy son dos soportes insuficientes en la construcción completa de la identidad personal. “Nos falta un elemento importante que es el que tiene que ver con los aspectos competenciales, todo aquello que tiene que ver con el hacer, el dar sentido a nuestro conocimiento a través de la acción y por medio de lo que yo soy».
“Los aspectos competenciales son esenciales”
Los aspectos competenciales, todos aquellos que tienen que ver con el impulso hacia la acción, con la capacidad de dar un sentido significativo al conocimiento, de ordenar conocimientos de áreas diversas con un fin… son esenciales. “Y por lo tanto, volvemos a mirar las cosas que hacemos y volvemos a reconstruirlas”.
En el colegio no nos olvidamos del soporte del conocimiento, es una soporte fundamental, no hay pensamiento si no tengo sobre qué pensar. Pero además necesito nuevas habilidades.
“Pensamos que como elementos fundamentales en la construcción de las personas y de las competencias de las personas, están los aspectos que tienen que ver con el pensamiento. Son fundamentales. Y aquellos que tienen que ver con el pensamiento crítico, porque es lo que construye una identidad real; y por otro lado con el pensamiento creativo, es decir, aquella flexibilidad en un entorno tan cambiante como el que vivimos y por lo tanto la capacidad de adaptarse sin dejar de ser lo que eres”.
Desde esta perspectiva y desde esta mirada hacia el pensamiento, seguimos sumando. ¿Qué más cosas son necesarias?
“La construcción de la identidad de la persona tiene un elemento fundamental, sobre todo en su desarrollo inicial, pero que tiene que cuidar a lo largo de toda la etapa educativa y es lo que tiene que ver con su desarrollo emocional. En dos aspectos fundamentales: aquello que le da autonomía y seguridad en sí mismo a través del autoconocimiento y la gestión de las propias emociones; y por otro lado, la mirada que el individuo tiene hacia los demás, o lo que nosotros llamamos prójimo, a través de la empatía, la capacidad de reconocer en el otro algo que está en uno mismo. Todo esto no solamente construye el valor de la persona sino también una forma de relacionarse entre las personas”.
“Aprendizaje basado en proyectos”
¿Qué ventaja tiene el aprendizaje basado en proyectos?
“En primer lugar, no se puede ser dogmático en los números. No es un modelo excluyente, no es el modelo único del aula, pero sí es un modelo que enriquece la actividad del aula porque convierte al alumno en un elemento activo en el proceso del aprendizaje, lo cual es importantísimo, no es un elemento pasivo que escucha, memoriza y desembucha, sino que actúa y participa de forma activa en todo su proceso y genera por lo tanto conocimientos de carácter significativo, integradores”.
Por otro lado, añade Luis Martínez Abarca, incorpora un modelo de relación con los otros a través de metodologías de aprendizaje cooperativo, de respeto, de generar equipo, de orientarse hacia un objetivo común, cada uno desde sus habilidades concretas y además termina siempre en un proceso de exposición, en un producto. “Lo que genera, por tanto, es todo un proceso en el que investigo, reflexiono, debato, acuerdo y genero un producto final”.
Genera un proceso de conocimiento en el que la memorización no es un elemento fundamental; “se adquiere un conocimiento de mucho más valor, de mayor profundidad”.
“No es una improvisación, todo esto lo hemos probado. Hemos utilizado diferentes metodologías con grupos de alumnos distintos para aprender unos conocimientos determinados. Los resultados, en las pruebas inmediatas son ligeramente mejores los que han memorizado que los que han utilizado ABP; pero cuando repites la prueba dos meses después, los resultados de ABP son significativamente mejores a los de procesos de memorización, que conllevan memorización rápida, olvido rápido”.
Se puede utilizar este método, o el ABP aplicado a una materia concreta, y se puede aplicar ABP a un modelo mucho más transversal, de manera que se integren materias distintas en un mismo problema y el tener que poner en juego por tanto conocimientos integrados de materias diferentes. Esto es más complejo en su funcionamiento, pero los resultados son extraordinarios.
“La auténtica revolución está en la evaluación”
Por lo tanto, ya tenemos el sentido que le damos, tenemos las cosas que nos preocupan y las competencias que queremos desarrollar, tenemos metodología y nos falta la última soporte. Y la última soporte es la de la evaluación. Y esta es la auténtica revolución. La auténtica revolución es la manera en la que nosotros medimos las cosas.
Mientras nosotros sigamos midiendo las cosas a través de pruebas objetivas, test, exámenes tradicionales… nada va a cambiar. Lo que mides es lo que consigues que se haga. Necesitamos cambiar nuestra forma de evaluar para que realmente el resultado sea otro y tenga mucho más valor para el alumno.
¿Cuál es el papel del profesor en el aula?
“El profesor es el verdadero motor del cambio. Hasta hace poco ha sido el guardián del conocimiento y su función era transmitirlo y asegurarse de que ese conocimiento era adquirido. Ahora el conocimiento está en muchísimos sitios, es accesible desde instrumentos y herramientas muy diferentes, de manera que lo que necesitamos es que el profesor asuma ese nuevo rol en el que se siente al principio inseguro porque no tiene muy claro cuál es su papel y que comience a programar, a organizar actividades, a comprobar la consecución de esos objetivos de una manera diferente y a acompañar de manera individual las necesidades de cada uno de los alumnos. Que impulse, por tanto, las destrezas de orden superior del pensamiento, analizar evaluar y crear. Esto es posible sólo cuando le liberamos de los otros roles.”.
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