A lo largo del curso, los alumnos deben compaginar, desde el principio, la asistencia a clase con el trabajo posterior diario. Dicho trabajo debe ser constante y con una técnica adecuada en función de la materia a trabajar en cada momento.
Al finalizar el curso, llega el esperado o temido momento de las calificaciones finales. Para algunos, el verano se abrirá como un cielo azul, mientras que otros lo percibirán como un periodo de duras jornadas de trabajo. Con una buena planificación, el alumno con materias suspensas podrá compaginar el estudio y los periodos de ocio y descanso. En estos momentos no tendrá el número de horas lectivas que tiene durante el curso, pero deberá tener un buen hábito y plan para poder compaginar ambas cosas.
Lo primero que el alumno debería hacer es un análisis de cómo ha llegado a la situación en la que está en ese momento en cada materia, analizar los aciertos y errores cometidos durante el curso y si estos son debidos a:
El siguiente paso, y teniendo en cuenta la disponibilidad para el estudio (cuántas materias suspensas, a reforzar, los refuerzos elegidos y otras circunstancias), sería hacer una planificación ajustada, flexible y realista del verano, incluyendo el tiempo de estudio y de ocio.
Para ello, también se tendrán en consideración las dificultades de cada uno ante las distintas materias y la parte del temario más costoso y complicado de asimilar. Es imprescindible en este momento tener claro el programa académico y bibliografía de la/s materia/s a analizar.
Aquellos temas que resulten más complicados, habrá que trabajarlos de una forma más fragmentada y de manera constante, siguiendo las pautas fijadas por los profesores, siempre partiendo de la base de que los pasos a seguir serían:
Llegados a este punto, cabe destacar la importancia del repaso y el refuerzo en verano de aquellas materias que se hayan aprobado de forma muy limitada y en cualquiera que el alumno considere que tiene menor capacidad y dificultades que le pueden perjudicar de cara al próximo curso académico; en este caso , también sería conveniente y necesario realizar un plan de acción de repaso para reforzar aquellas materias que, de no ser así, en septiembre (inicio de curso) costaría mucho retomar la información o le llevaría a tener dificultades en dichas materias.
También es un buen momento para mejorar las técnicas de estudio/trabajo. Reforzar la estructuración de material dado, extraer ideas principales, esquematizar, redactar…. Cada persona, una vez realizados los nueve meses de curso, tiene bastante claro aquello por lo que debe felicitarse y aquello que aún está en proceso de adquisición (haya o no aprobado).
De cara a la preparación de exámenes y una vez seguido y cumplido el plan de estudio hay que tener en consideración:
De cara al próximo curso, el alumno debe tener en cuenta aquellos puntos que no terminó de cumplir el curso anterior y las consecuencias que esto acarreó. A modo de resumen, el alumno desde que empiece el primer día de clase debería:
Todas estas pautas bajo el prisma principal de que cualquier éxito pasa por un buen análisis del trabajo a realizar, una buena planificación y una correcta ejecución de ésta.
MARTA SARTI
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