“La diferencia entre lo que eres y lo que vendes en redes sociales se llama frustración”
Marc Masip lleva años advirtiendo a los adolescentes sobre los problemas que puede originar un uso abusivo y/o irresponsable de las nuevas tecnologías.
Masip es el CEO y fundador del Programa Desconecta. Licenciado en Psicología, MBA y experto en adicciones a las nuevas tecnologías, tiene centros orientados específicamente a los trastornos adolescentes derivados de la dependencia respecto a los dispositivos móviles.
En su opinión, los chicos «no deberían tener un smartphone con conexión a internet antes de los 16 años, porque antes no tienen la madurez necesaria para utilizarlo».
Se puede hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, o uno malo. “El problema es que tienen elementos adictivos contra los cuales tenemos que poner una cierta hoja de ruta. Conocemos muchísima gente adicta al móvil y a las redes sociales”, señaló en una reciente visita al CEU.
De hecho, explicó Marc Masip que España es el país de Europa con más adicción adolescente a las redes sociales: el 21’3% de los adolescentes. Y casi dobla la media”.
Tanto es así que las nuevas tecnologías son la primera causa por la que las familias piden ayuda para sus hijos. “Antes sus consultas estaban relacionadas con drogas y con educación”, añade este experto.
Y no hace falta tanta estadística, como apunta Marc Masip: “Cuando vamos por la calle, vemos a todo el mundo con un teléfono móvil en la mano”. “Si me dejo el teléfono móvil en casa, si no tengo batería, cobertura o datos, me cambia el estado de ánimo. Me pongo nervioso. Esto es nomofobia, y es el término que más se asemeja a lo que sería una adicción”.
“Al hablar de adicción, hablamos de síndrome de abstinencia, de sustitución de actividades, de dejar de hacer algo por estar con el teléfono móvil… Es decir, de que hay una afectación verdadera en tu vida real”.
¿Es una señal de riesgo utilizar mucho el móvil? En teoría, quien está mucho con el móvil, es adicto al móvil. “O por lo menos, dependiente o abusivo”, afirma. Y ese mal uso tiene consecuencias negativas, entre ellas: aislamiento social, absoluta y total soledad; fracaso escolar; conflictos familiares, dificultad de higiene o alimentación, frustración, ira, violencia, agresividad…
“Pero quedémonos con la primera, que es la que más me preocupa: aislamiento social. Cuando estoy conectado, donde sea, estoy conectado yo solo. Sois niños y tenéis que jugar y hablar entre vosotros”.
Según este experto, en redes sociales mostramos lo que queremos que los demás piensen que somos. “Y la diferencia entre lo que yo soy y lo que vendo en redes sociales, cuando esa diferencia se hace grande, me genera una frustración terrible. Esta frustración tiene dos amigos: la depresión y la adicción”. “Por eso -recomendó- en redes sociales tenéis que compartir cosas reales. Porque no nos olvidemos de una cosa, lo humano, por muchas tecnologías que aparezcan, siempre será superior a lo virtual”.
Masip explica a los adolescentes que es su responsabilidad conseguir un buen uso de las redes sociales. “Os llaman nativos digitales cuando en realidad sois analfabetos digitales: no habéis dado una asignatura sobre esto en clase y vuestros padres y madres no tienen ni idea de cómo enseñaros a utilizarlo porque, por desgracia, tampoco nadie les ha enseñado “.
“¿Cómo puede ser que lo que más deseemos sea la libertad, que se consigue a través del conocimiento, y que nosotros les demos toda la libertad del mundo sin conocimiento?