La elección de una carrera universitaria es un momento decisivo en la vida de cualquier estudiante. Los adolescentes se encuentran en pleno momento de búsqueda de identidad personal y esto coincide en el tiempo con “una decisión” que empezará a marcar su futuro profesional. Por lo tanto, es un periodo donde se entremezcla la confusión con la alegría de poder elegir qué estudiar.
Cuando se intenta llegar a la respuesta de qué estudiar, dónde y cómo hacerlo, el adolescente tendrá en cuenta tanto las variables internas como las externas, ya que todas ellas formarán parte de esa decisión trascendental.
Las variables internas se refieren a las características más personales influyentes en la elección, como son las capacidades y la motivación en los que basa sus intereses personales. Para ello debe analizar de la forma más objetiva y realista posible qué aptitudes tiene más desarrolladas y cuales menos, así como la capacidad de esfuerzo, constancia… Esta decisión siempre conlleva un análisis, descubrimiento y afianzamiento de la personalidad.
En ocasiones, pueden generarle agobio y convertirse en un proceso largo en el que el alumno tiene la sensación de no llegar a una decisión perfecta, ya que en todas ellas les surgen dudas e interrogantes.
En el proceso de la elección se abren las puertas a unas carreras y se le cierran a otras y eso puede generar cierta tensión y en ocasiones bloqueo.
Dentro de la inseguridad, el adolescente tiene miedo a equivocarse, a que su decisión no le lleve a la satisfacción académica, profesional y personal, a no llegar a tener éxito. Para ello debe analizar detenidamente sus factores personales e intentar ver en que profesión considera que podría superarse a sí mismo y trabajar con ilusión cada día, teniendo en cuenta su forma de ser y de desenvolverse en la vida (rasgos de personalidad y capacidades).
Las variables externas son aquellas que guardan relación con el medio en el que crece y se desarrolla el adolescente; entre ellas se encontrarían el contexto familiar, social, económico, cultural y laboral en ese determinado momento de la elección, teniendo también en cuenta tanto la oferta educativa como las salidas profesionales y posibilidades de inserción laboral en los distintos campos profesionales.
En la etapa evolutiva en que tienen que elegir en gran parte su futuro, la personalidad de muchos jóvenes aún está en pleno proceso de formación y son muy influenciables por presiones externas. El adolescente intenta buscar distintas identidades, analiza lo positivo y negativo de distintas personas, a la vez que explora su propia persona y sus capacidades. Personas más sensibles e influenciables pueden encontrar dificultades en encontrar su propio camino y saber analizar los distintos factores o variables a tener en cuenta. Para poder quitar el bloqueo y la tensión que a veces genera este momento, es necesario saber que la vocación profesional es un continuo dinámico, que se va construyendo a lo largo de la vida.
La influencia de la familia es de gran importancia, ya que el adolescente es conocedor de que el núcleo familiar es el que más puede conocerle. Las experiencias vividas y analizadas en este ámbito, y las expectativas de los padres pueden ser determinantes. Es importantísimo el apoyo de la familia en el momento de la decisión; es necesario que los padres escuchen las razones por las que elige o descarta distintos estudios. Al adolescente le servirá de afianzamiento de su decisión y podrá tener un feedback de alguien que le conoce; si bien son ellos los que deben tomar la última decisión.
Por otro lado en esta etapa evolutiva juegan un papel no menos importante, los amigos, sus iguales, en la formación de su identidad. Con ellos comparte sus inquietudes, intereses, equívocos en su búsqueda de ser único y diferente y muchas experiencias. Encuentra su lugar en un ámbito en el que los que le rodean pasan por situaciones similares a las suyas, en ese momento de inquietudes. Por ello, es obvio que también sean un factor de gran influencia a la hora de elegir una carrera universitaria o estudio superior.
Partiendo de estos principios básicos planteados, para poder tomar lo más acertadamente posible una decisión final, sería necesario pasar por 3 fases:
En el momento de la decisión, siempre quedarán dudas, por muy meditada que esté. Debemos confiar en el conocimiento de nuestra persona y en nuestros intereses y habilidades si hemos seguido los pasos explicados Esta situación la viven la mayoría de las personas que deben pasar por dicho proceso.
La orientación académica y profesional debe entenderse como un proceso que debe desarrollarse durante toda la educación, si bien hay momentos en los que se hace más trascendental, adquiriendo una especial relevancia y siendo su momento álgido 2º de Bachillerato.
Los objetivos marcados teniendo en cuenta la información expuesta con anterioridad serían:
Una vez realizados todos los pasos convenientes, el adolescente deberá contestar a la pregunta que le hacían cuando era pequeño. ¿Qué quieres ser de mayor?, pero en este momento estará preparado para contestarlo.
La clave está en ser consciente de que se ha realizado un buen trabajo para tomar dicha decisión, y aun así la vida profesional del adolescente está dando sus primeros pasitos, puede ser todo lo reversible y moldeable que cada joven quiera. Ser consciente de que se puede cambiar de carrera y/o realizar una especialización al finalizar sus estudios.
El camino empieza ahora y lo irá construyendo día a día.
Marta Sarti Tercero
Dpto. Orientación